Alice creció en una familia de artistas y, como buena oveja negra, decidió estudiar Teología y convertirse en académica. Antes de entrar a una maestría en Arte se enamoró, se casó y tuvo tres hijos. Durante ese periodo cambió los ensayos por un blog y esto le recordó que de niña siempre quiso ser escritora. En 2013 su proceso de escritura estaba estancado así que decidió participar en un National Novel Writing Month y el resultado fue el borrador de la primera parte de Ink. Dos años, y un millón de “libros de autoayuda de cómo escribir una novela” después, terminó la primera parte de esta novela.