«Tenía 11 años y escuché a West Montgomery en la vieja radio valvular. Ahí nació mi pasión por las guitarras y el jazz. Luego vino todo lo demás. Alguien, no recuerdo su nombre, sorprendido por mi vocación musical, me acercó un libro breve y cautivante, El perseguidor de Julio Cortázar, un homenaje al grande entre los grandes, Charlie Parker, y me dije yo también quiero escribir. Me aconsejaron leer mucho, hice caso y pasaron Carver, Steinbeck...
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